Tuesday, July 9, 2013

Sobre cómo Hollywood interpreta las terapias y los terapeutas.

Déjame empezar por aclarar que cualquiera que piense que una película muestra algo de verdad objetiva está seriamente equivocado. Por definición una película presenta un punto de vista completamente subjetivo y, más aún, aunque esté basada en hechos reales, es en su tuétano un trabajo de ficción. De hecho, últimamente el término utilizado es "inspirado en hechos reales" lo cual significa que lo único real puede ser el nombre del personaje principal y el resto puede ser totalmente fabricado para "efectos dramáticos."

Habiendo dicho esto, la realidad es que cuando somos bombardeados por un medio basado en símbolos y simulaciones, inconscientemente abandonamos durante la duración de la película nuestro escepticismo (bueno, si la peli es buena) y nos dejamos llevar por la fantasía. Peor aun, suponemos que aparte del cuento inventado o la fantasía de la trama el mundo que el cineasta construye alrededor del cuento está basado en la realidad. Y, con el tiempo, comenzamos a formar una imagen del mundo cimentada en ese marco ficticio.


Robin Williams "cura" a Matt Damon en
cuestión de media docena de sesiones.
Los terapeutas en Hollywood son un ejemplo. Algunos estudios (http://www.fenichel.com/Fischoff.shtml) han analisado la imagen de los analistas en el cine y han llegado a conclusiones interesantes, como que las mujeres psiquiatras siempre terminan acostándose con los pacientes o que los psiquiatras masculinos solamente pueden ser sensibles si están sanando sus propias heridas, etc.

Sí, muy linda, pero desastrosa terapeuta.
En otros casos son unos totales incompetentes, como Mila Jovovich en "The Fourth Kind," que a través de su chapusería le cuesta la vida a uno de sus pacientes.



Bruce Willis en "The Sixth Sense" y Robin Williams en "Good Will Hunting" aunque parecen creíbles y nos identificamos con ellos, están básicamente sanándose a costa de otros.

Ni hablar de Willis en "Color Of Night," una peli que, aparte de la presentación cuasi-lolitesca de erotismo adolescente con Jane March, presenta una imagen risible
Jane March y Bruce Willis practican "terapia grupal"
de terapia de grupo con un bonche de personajes tan superficiales y caricaturescos que parece que el escritor y/o director realmente odian a los psiquiatras. (Sin hablar del personaje de Jane March, que no voy a contar lo que ocurre con ella, que es tan y tan absurdo que merece canonizar esta película en el panteón de "what the fuck?" films of the century).

Pero, dentro de este cuadro de mala representación de los psicólogos y psiquiatras, por lo menos Hollywood parece tener aunque sea un respeto mayor a los terapeutas tradicionales (psicoterapeutas al estilo de Freud con sofá y todo) que a los terapeutas alternativos.

¿A que llamo alternativos? Por falta de una definición clara, léase, cualquiera que veas en la revista Natural Awakenings...  Llámese "New Age," "Nueva Era," "Life Coach," "Facilitador," whatever.

La manera en que Hollywood presenta cualquier cosa relacionada con este tipo de terapia/terapeutas es una absoluta caricatura, burla, sorna y desprecio. Mayormente como "hippies" atrapados en los '70, como si fuera de por sí algo malo o risible creer en el amor, en la libertad, en el vegetarianismo, en las plantas medicinales o halucinogénicas, o vestir con ropa de algodón o "hemp" pintadas a mano "tie die." (Véase "Couples Retreat).
Visión de Hollywood de Terapia Alterna
en "Couples Retreat"

Me resulta curioso, sobre todo, porque estoy convencido que la mayoría de los mogules de Hollywood tienen que haber atravesado por este tipo de terapias, con mayor o menor grado de resultados positivos.

Esto perpetúa el mito dañino de que el trabajo con uno mismo, la exploración del ser, de la mente y del espíritu es un chiste, un desperdicio de tiempo y dinero y una patraña. Por no decir que cimenta la creencia de que la enfermedad mental o las crisis que atravesamos se pueden sanar con mera fuerza de voluntad o, peor aun, con el amor.  Peor, no porque no crea en el amor (tal vez no de la misma manera que la mayoría) sino porque, como dicen algunos artículos sobre "The Silver Linings Playbook," pretender curar la depresión con el amor es como pensar que la diabetes se puede curar enamorándose.
El amor lo cura todo, ¡hasta el herpes!
Yo he vivido en carne propia muchas etapas difíciles que he podido manejar con  procesos "poco ortodoxos" de terapia o de exploración personal. Y he descubierto que cualquier proceso en el cual uno se involucre para sanación es generado por migo mismo. Me atrevo a decir que esto es tan real, que, la razón por la cual la medicina moderna funciona y cura es porque hemos convertido a los científicos y médicos en los nuevos gurús y aceptamos su prédica como sagrada y por fe.  Sí, creo que en gran medida nos estamos sanando a nosotros mismos porque creemos ciegamente en lo que ellos y las farmacéuticas nos dicen. Ey, no por eso voy a dejar de ir al médico, porque, después de todo siempre necesito un guía.

O sea, lo que hace la terapia o el terapeuta es abrir una puerta, ofrecer una herramienta, mostrar el ejercicio que YO mismo debo de recorrer. Hay factores externos, por supuesto, no quiere decir que yo tengo el poder de resolver todo y lograr la paz mundial. Pero puedo tener el poder de lograr la paz interior... CON MUUUUUCHO TRABAJO.

Para mi, una vez abrí la puerta de exploración interior, ya no ha habido marcha atrás. Para mi, hay demasiadas capas en la cebolla que deseo descubrir, explorar... aceptar.  No se trata de cambiar quién soy, sino entender cómo lo que hago afecta a los demás y vice versa.  Por esto me resulta curioso ver cada vez más cómo en el cine se presenta un proceso que considero tan importante con ridiculez y sorna.

No me ofendo, hace falta mucho más que eso para ofenderme. Sólo me está curioso.  Tal vez no he visto suficiente cine en Fine Arts y alguien pueda comunicarme sobre una película donde estos procesos sean presentados con seriedad y balance. Pero el punto sigue siendo que en el cine popular, de masa, se perpetúa el mito de que estos métodos son una patraña.  Con todo el respeto a los religiosos, hasta se muestra mucha más gente consultando a los sacerdotes  sabios que a los terapeutas alternativos. En ambos casos, hay timadores, charlatanes o peor. Pero si presentamos sacerdotes sabios, ¿por qué no presentar un proceso de sanación con la misma luz positiva?

Desde mi punto de vista como cineasta, muchos de estos procesos que utilizan la recreación "role playing," etc son exquisitamente cinematográficos, dramáticos y llenos de emociones profundas - o sea, harían buen cine o buena televisión.  Contrario a los reality de "Celebrity Rehab" o "Intervention" que usan terapias comunes y silvestres (con resultados pasajeros y superficiales) una presentación de terapias alternativas podría abrir una puerta para que muchísima gente fuera expuesta a estos procesos y tal vez encontraran su propio camino.

Ya yo estoy trabajando desde hace rato para lograr esto. Pero abrir las puertas herméticas de la producción televisiva en un Puerto Rico que ha entregado sus medios a los poderes extranjeros lo hace cuesta arriba.

Pero sigo subiendo la cuesta sin detenerme...

¿Qué tú piensas?

- Roscoe

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